Club Deportivo Independiente

Pioneros en el futbol pampeano desde 1913. Un club con calidad social y deportiva que brilla en el rincon sureño de la Pampa. Una gran cantidad de gente acompaña a la institucion en todo momento y ahora empujan todos juntos hacia el centenario. 10/06/1913-10/06/2013

viernes, 16 de marzo de 2012

UN ESPACIO A LA MEMORIA...

Durante todas las semanas trataremos de recordar o reportear a gente que tiene o que tuvo que ver con el futbol Burgues.  
Hoy para el blog tenemos algo muy especial. Para la mayoria de hinchas, jugadores y exjugadores es el ídolo aurinegro. Hoy lo dejamos plasmado en un cuento que fue escrito en el 2009, con una historia y nombres ficticios, pero con el alma de saber para quien iba dedicado.

La idea de Gonzalo Plaza y la corrección de Ricardo Rodriguez nos dejan:



EL GOL DE SU VIDA.

-Che abuelo, no sabes el golazo que hice hoy en mi categoría, le rompí el arco a ese guacho del Club Armonía. Sentáte que te cuento-. Le dice Pablito a su abuelo Cacho.

Carlos “Cacho” Rioba, legendario wing derecho del Deportivo Glew, y su nieto Pablito, actual jugador de la quinta división del Club, se aprestan a tener una de sus cotidianas charlas de fútbol.

Fieles al profundo sentimiento familiar, don “Cacho”, sus hijos Roberto y Omar, y ahora su nieto Pablito, hijo de Roberto, han estado ligados, siempre, a los mismos colores y pasiones. Los colores del Deportivo Glew y la pasiones que generan el Club y el fútbol.

-Parece, Pablito, que la nuestra es una familia de punteros derechos. Esos que desbordan sin cuidado y arrasan con todo lo que viene a su paso. Si no lo podés eludir con una gambeta corta, la tirás larga y pasás por el otro lado para poder echar el centro y que alguno la empuje.- explica Cacho, haciendo los amagos propios del puesto.

-Estamos diseñados con la misma matriz. Nacimos para estar pegados a la raya y encarar en diagonal cuando el marcador se distrae un poco.- rememora, orgulloso de que tanto sus hijos, como su nieto, hayan ocupado la misma posición en la cancha.

El abuelo “Cacho” toma asiento, lo mira fijo a Pablito y se dispone a escucharlo con atención.

-¡No sabes abuelito! El Cuqui me tiró un centro desde la derecha, le pegó bastante fuerte y a media altura, y le dí un cabezazo que se le clavó contra el palo. Ni la vió el arquero-. Pablito le relata, contento, a su abuelo. Cacho lo mira, con mucho cariño, y los ojos húmedos del llanto contenido.


El niño, algo asombrado de ver a su abuelo en esa situación, con alguna lágrima bajando por sus mejillas, le pregunta:

-¿No te pone contento mi gol? ¡De palomita lo hice, abuelo!

Tratando de reponerse, Cacho con una voz un poco distorsionada por la emoción le dice:

-Claro querido. Cómo no me va a alegrar. Me alegra muchísimo que hayas hecho un gol, mejor dicho… ¡un golazo! No te preocupes que no es esa mi desazón.-

Pablito, un niño de solamente 12 años, no comprende, todavía, algunas cosas de la vida. Pero no le gusta, para nada, ver a su querido abuelo llorisqueando, entonces lo interroga:

-Dale abuelo, contáme qué te pasa. Yo te conozco y vos no sos de ponerte así por cualquier cosa-.


Cacho entra a dar vueltas porque es un poco cruda la historia. Pero sin lugar a dudas su nieto la tiene que saber.

-Mirá, tu gol parece venido del cielo.- arranca Cacho, apelando a esa frase demasiado importante, como para que Pablito se concentre y le preste atención.

-Mañana es domingo, y los domingos son para el fútbol Pablito. Y vos sabés que nuestra familia siempre estuvo muy ligada al fútbol. Son días muy especiales para toda nuestra familia, pero además para mucha gente, también, porque no solamente nosotros nos acordamos, sino que esta leyenda que te voy a contar, es recordada por muchos en este querido pueblo-. Se va extendiendo don Cacho con el relato. El pequeño apoya la pera entre sus manitos llenas de tierra, lo mira con esos ojitos redondos como mirando la luna. No quiere perderse detalle, porque su abuelo no es de mucho hablar, y mucho menos de hacer fábulas.

-Tu tío Omar era el mejor puntero derecho que yo vi por estas zonas.- afirma Cacho, y enseguida, como si hiciera falta, aclara…

-¡Y no lo digo porque fuera mi hijo!, tu papá también lo acompañaba bastante bien, pero nada que ver con él. Omarcito desbordaba, tiraba centros prefectos para que el Lungo Manzanares las enganche de volea y le reviente el arco a cualquiera, y también metía goles de donde quería, fabricaba penales como un actor de novela. Hasta me acuerdo de esa vez, que por querer hacer un gol de paloma se quebró dos costillas, bah… se las quebró el arquero con los puños cuando salio al cruce-. Dice Cacho, esbozando una sonrisa mezcla de picardía y emoción.

-A ese gol que vos hiciste hoy…- le dice a Pablito -…te lo mando tu tío desde el cielo, ¿sabes?. Porque él era el rey de los goles lindos, y de esos goles que se recuerdan toda la vida. Tal vez crea que nosotros nos olvidamos así porque sí de él, pero que se quede bien tranquilo allá arriba, porque lo tendremos en nuestro corazón para siempre, y en nuestras retinas permanecerán sus goles grabados a fuego. Porque él nació haciendo goles en el Deportivo. ¡Y pisó la cancha millones de veces!.- exagera don Cacho, acariciando con ternura la cabeza de Pablito.

-Hizo mucho por nuestro club, ¿sabés chiquito?. Siempre dijo que iba a ser el director técnico de la primera división cuando se retire. Y mirá cómo será la vida Pablito, porque a veces la vida es injusta, dolorosa, y siempre te pone a prueba, pero también es sabia. -El abuelo hace un alto en el relato, mira el piso, trata de esconder alguna lágrima traicionera que quiere escaparse de sus ojos tristes.

-Porque tu tío, Pablito, era un hombre de gol….- continúa Cacho -… era un tipo perseverante, en casi todos los partidos metía alguno, y casi siempre eran los goles del triunfo. Por eso digo que la vida también es sabia, y te pone en los lugares justos, porque tu tío, nació con goles y esa noche de verano se fue con un gol.- Cacho mira el cielo, le parece verlo a Omar corriendo atrás de una pelota, como cuando era un pibe como Pablito.


-Me acuerdo como si fuera hoy de aquella final con Unión Central. ¿Me parece que ya te conté esto alguna vez, o no?- pregunta Cacho. Pablito pone cara de desentendido, ya conoce la historia, su abuelo ya se la contó como cien veces, pero a él le gusta tanto escucharla, que no dice nada…. espera un poco, y Cacho sigue con el recuerdo…

Aquella tarde, tu tío Omar, metió el gol de la victoria, ¡el gol del campeonato! Ganamos el título con el gol de palomita de Omarcito. ¡Qué alegría!- Exclama don Cacho, ya sin preocuparse por ocultar las lágrimas.

-Fue un día como hoy, Pablito, hoy se está cumpliendo un aniversario de aquel campeonato del Deportivo. Por eso creo que tu tío, desde el cielo, te eligió a vos, justo a vos, su sobrino del alma, para que en este día tan especial, vengas a meter un gol tan parecido a aquel que metió Omarcito.- agrega el abuelo, aportando un dato precioso a esta historia, la coincidencia de fechas entre dos momentos inolvidables para su familia.

Pablito se asombra de verlo tan emocionado a su abuelo y se prende de su cuello, lo abraza, le estampa un beso cariñoso y le agradece que, una vez más, le haya contado ese fabuloso gol, que él no llegó a ver en la cancha, porque aún no había nacido.

Pablito se aleja de su abuelo, camina rumbo al fondo del patio, también él quiere ocultar alguna lágrima. Cuando traspone el portillo del costado de la casa, ve que en el suelo está abandonada una pequeña pelota de plástico de su hermano más chiquito, la levanta con maestría en su pie derecho, le da un toque de aire hacia delante, y cuando la pelotita viene bajando, se lanza en palomita para aplicarle un certero golpe de cabeza enviando la pelotita abajo, contra el poste izquierdo del portillo. Inmediatamente se levanta e inicia una carrera alocada a puro grito…
-¡Gooool! ¡Golazooo del tio Omar!- en su corrida encuentra los brazos del abuelo Cacho, y quedan los dos apretados, corazón a corazón

GONZALO PLAZA.

3 comentarios:

  1. muy buena la historia

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  2. Gracias Gonzi por esto!!!Al Pablito del cuento podés llamarlo Joaquin.El Burgue le dio a mi hermano las mayores alegrías de su vida,y Joaco disfruta cada gol de Independiente con el mismo fanatismo.
    Gracias por este reconocimiento a toda la familia del Burgue!!!
    Silvina

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  3. Gracias por los msj.. Pascual se merece mucho mas! Gonza.

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