Club Deportivo Independiente

Pioneros en el futbol pampeano desde 1913. Un club con calidad social y deportiva que brilla en el rincon sureño de la Pampa. Una gran cantidad de gente acompaña a la institucion en todo momento y ahora empujan todos juntos hacia el centenario. 10/06/1913-10/06/2013

jueves, 3 de noviembre de 2011

HERENCIA DE SANGRE...

Aunque el futbol haya terminado el día domingo, el blog sigue en marcha, y sigue conversando con  jugadores, ex jugadores, dirigentes, hinchas y demás. Hoy nuevamente profundizamos en otro jugador del equipo actual. La vuelta del apellido al club ha llenado de orgullo a muchos que recuerdan a los familiares que han dejado estas tierras araucenses hace tiempo por diferentes razones, pero que siempre han estado ligados a la institución con la oreja puesta en el club para colaborar de miles de maneras. Hoy Joaquín Rivero, un polifuncional del mediocampo y que tiene herencia de sangre negra y amarilla.
Joaquín de 22 años, nacido en la ciudad de Gral. Acha por 1989, hijo de Jose Luis “Pichilo” Rivero y Gabriela Lefiu, recuerda sus inicios con “la redonda” y comenta, “arranqué cuando tenía 5 años en mi ciudad natal en club Campos, y a los siete años jugué en una escuela de futbol, formadora de jugadores, llamada La Estación. Unos años después, a los 10, comencé a jugar en Club Mac Allister de Santa Rosa. Mi viejo me llevaba dos veces por semana para entrenar y los sábados para ir a jugar” resalta.
Gracias a las condiciones de buen jugador el club santarroseño lo hospeda en una pensión con tan solo 14 años de edad, y “meses después debuté en la primera división” acota.
Siendo que la capital de La Pampa tiene totalmente otra vidriera, comparándolo con los pueblos, a la hora de que clubes de mayor jerarquía vengan a observar jugadores o pequeños futuros, Rivero ilustra que “a los 16 años tuve la oportunidad de que me vea un empresario italiano con vinculaciones en el Émpoli, y estuve residiendo en la ciudad italiana dos meses, y por problemas con el pase me volví a la Argentina”. Las peripecias de un jugador de futbol que intenta e insiste en ganarse la vida en un campo de juego tiene todas estas cosas, de ir y de venir, de probarse, los papeles, representantes etc, etc.
“Luego arranqué la pretemporada con el plantel de la B Nacional de la CAI de Comodoro Rivadavia (Comisión de Actividades Infantiles) pero no me adapté en la ciudad y retorne” agrega Joaquín.
Antes de llegar a Independiente, el “chapita” como le llaman todos sus compañeros, vistió otra camiseta aurinegra… la de Olimpo de Bahía Blanca. “Estuve un año y medio jugando hasta quedar libre, compartí equipo con el hoy nueve del conjunto bahiense, Julio Furch, y luego mi papá y mi tío, Juan Carlos Rivero (ex jugador del Burgue), se conectaron con Héctor Jorge Malán quien me dio la posibilidad de arribar al club” dice. También cabe destacar la buena actuación en el provincial con Belgrano de Santa Rosa.  
Rivero siente gran apoyo de sus padres por haberlo acompañado todo el tiempo en la vorágine de ser un futbolista e indica que “lo que soy y lo que viví hasta el momento se lo debo a ellos que siempre estuvieron a mi lado, en las buenas y en las malas”.   
El mediocampista Burgués tiene la fortuna de dirigir categorías de divisiones menores en el club y explica: “es algo muy lindo estar con los chicos, de lo cual trato de rescatar lo mejor de ellos para también aprender. Me motiva mucho poder enseñar algo de lo que aprendí de cada lugar en donde estuve”.
Riverito, tanto como su padre y su tío, siente el orgullo de vestir estos colores y adjunta a la pasión el “deseo de vivir la fiesta increíble que todos los burgueses imaginan para el centenario, algo que nadie va a olvidar, porque la gente de aquí siente algo por el club que no he visto en ningún lado”.
Joaquín Rivero, con quien tuvimos el agrado de entablar esta charla por el medio Facebook, se “siente realmente agradecido a la gente, a los niños, a sus compañeros y a los dirigentes que le dieron la posibilidad de conocer esta gran familia”, y por último el deseo de él y de muchos es poder lograr muchas cosas en lo deportivo como en lo institucional para seguir creciendo”.
Sin dudas la gente de Independiente te devuelve el gesto, porque sabemos de tu condición de jugador y de persona. Solo queda agradecerte por dejarnos entrar en tu vida y por devolverle al club un apellido que siempre estuvo ligado a la institución. Gracias Joaco, de corazón.





Nota: Gonzalo Plaza

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